Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)


Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

“El trastorno obsesivo compulsivo interfiere en la vida cotidiana del afectado.”

¿Qué es?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en niños, jovenes y adolescentes es una enfermedad compleja.

Es considerado el cuarto trastorno psiquiátrico más común en el mundo y, pese a ser muy conocida, su diagnóstico resulta tardío en muchas ocasiones por la dificultad que tienen algunos padres para entender lo que les sucede a sus hijos.

Un niño con TOC siente preocupación constante, culpa o vergüenza a causa de sus obsesiones, las cuales pueden definirse como ideas, pensamientos, imágenes o impulsos no deseados pero que se manifiestan continuamente en su mente. Las compulsiones o rituales, por su parte, son conductas que el niño, joven o adolescente siente que debe realizar repetidamente para aminorar los pensamientos y sentimientos molestos.

Cómo identificar algunas obsesiones:

Los síntomas más comunes del TOC en los niños lo constituyen las obsesiones y compulsiones que se presentan en forma de preocupación por la contaminación, por lastimarse a sí mismos o a otros, por la simetría y por la certeza de que algo malo ocurre u ocurrirá en un futuro si no hace los rituales.
Algunas de las obsesiones del TOC en niños, jóvenes o adolescentes son:

  • Preocupación excesiva por la muerte o la enfermedad: pueden preocuparse en extremo por los gérmenes, les inquieta de manera llamativa la muerte, que ocurran cosas malas o hagan algo mal.
  • Perfección: la sensación de que las cosas deben estar “perfectas”.
  • temor a la suciedad o los gérmenes
  • temor a la contaminación
  • necesidad de simetría, orden y precisión
  • obsesiones religiosas
  • preocupación por los desechos del cuerpo
  • números de la suerte o de la mala suerte
  • pensamientos sexuales o agresivos
  • temor a sufrir una enfermedad o un daño, o a que esto le ocurra a un familiar
  • preocupación por los elementos de la casa
  • sonidos o palabras no deseados

Estas compulsiones son las más comunes entre los niños y los adolescentes:

  • rituales de limpieza, incluido el lavado de manos, las duchas y el cepillado de los dientes
  • repetición de rituales, lo cual incluye entrar y salir por una puerta, la necesidad de moverse en los espacios de determinada manera o volver a leer, borrar y volver a escribir
  • rituales de comprobación para asegurarse de que un artefacto está apagado o una puerta está cerrada, y chequear reiteradamente la tarea
  • rituales para anular el contacto con una persona o un objeto “contaminado”
  • rituales con el tacto
  • rituales para prevenir el daño a uno mismo o a otros
  • ordenar o acomodar objetos
  • rituales de conteo
  • acumular o coleccionar cosas que no tienen un valor evidente
  • rituales de limpieza en relación con la casa u otros elementos

Cómo afecta:

Uno de los aspectos más delicados del TOC es que puede hacer que la vida diaria resulte muy estresante para los niños. Generalmente, los rituales requieren de mucho tiempo, y los niños llegan tarde a la escuela o a sus actividades. Esto genera tensión o discusiones en la familia.

Los niños que lo padecen no son capaces de disfrutar el tiempo con sus amigos o divertirse cuando el TOC ocupa su tiempo libre.

En la escuela, las obsesiones y los rituales tales como revisar, borrar y rehacer tareas afectan a la atención y a la concentración, al cumplimiento de las tareas y a la asistencia escolar.  Los niños más mayores y los adolescentes pueden creer que están “locos” y trabajen duro para esconder el TOC a los demás.

Tratamiento del TOC:

Los tratamientos más exitosos para los niños con TOC son la terapia conductual y la medicación. La terapia conductual, también denominada “psicoterapia cognitivo-conductual”, ayuda a los niños a aprender a cambiar sus pensamientos y sentimientos cambiando primero su comportamiento.

En la terapia conductual se expone gradualmente a los niños a sus miedos, y se acuerda que no realizarán rituales, para ayudarlos a reconocer que su ansiedad disminuirá y que no ocurrirá nada desastroso. Por ejemplo, a los niños que tienen miedo a la suciedad se los podría exponer a algo sucio, comenzando por algo que les provoque una leve molestia y terminando con algo que esté realmente sucio.

Para que esta exposición tenga éxito, se debe combinar con una prevención de la respuesta, en la cual se bloquean los rituales del niño o los comportamientos evasivos. 

El TOC puede empeorar si no se lo trata de manera sistemática, lógica y comprensiva. Por lo tanto, es importante encontrar un terapeuta que tenga entrenamiento y experiencia en el tratamiento del TOC.

Muchos niños mejoran únicamente con terapia conductual mientras que otros necesitarán una combinación de terapia conductual y medicación. La terapia puede ayudar a su hijo y su familia a aprender estrategias que les permitan controlar flujo de síntomas de TOC, mientras que la medicación, como los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina, con frecuencia ayudan a reducir el impulso por realizar rituales.