Trastorno Desintegrativo Infantil
“Se produce un retroceso en las habilidades adquiridas por el menor que se deben tratar cuanto antes.”
¿Qué es?

También conocido como síndrome de Heller, se trata de un trastorno que aparece después de los 2 años y antes de los 10. Hasta esa edad el desarrollo del menor había sido totalmente normalizado. En un momento determinado de la niñez, se produce la pérdida de habilidades que ya había adquirido y se manifiestan déficits sociales y del comportamiento similares al Trastorno del Espectro del Autismo.
Es decir, el niño o niña ha adquirido lo esperado para su edad pero se produce una regresión en por lo menos dos de las siguientes áreas: el área de comunicación verbal y no verbal, relaciones sociales y comportamiento adaptativo, juego, control de esfínteres y habilidades motoras.
¿Cómo detectar el trastorno desintegrativo infantil?
Principalmente son cuatro los criterios para detectar dicho trastorno. El primero de ellos es el desarrollo normalizado durante los dos primeros años de vida. El segundo es la pérdida considerable de habilidades adquiridas con anterioridad. El tercer criterio es anomalías en áreas como la interacción social, la comunicación y patrones de comportamiento. Por último, es importante para el diagnóstico que se manifieste desinterés en las actividades y problemas de adaptación que antes no existían.
Consecuencias:
Las consecuencias de este trastorno radican básicamente en la pérdida de muchas de las habilidades que antes poseía. Tendrá dificultades en la expresión y comprensión; puede presentar encopresis o enuresis; falta de coordinación; no se relaciona de manera adecuada con el resto de personas; y pueden aparecer movimiento repetitivos tipo estereotipias.
Tratamiento del trastorno desintegrativo infantil:
Este trastorno no tiene tratamiento específico aunque bien es cierto que se puede y se debe trabajar en todas las áreas en las que va teniendo dificultades.
- Desde el área social se debe enseñar cómo hay que relacionarse correctamente con los demás.
- Desde el área motora se debe trabajar en la dirección de recuperar destrezas como la motricidad fina y la gruesa o la coordinación.
- Desde el área del lenguaje se debe trabajar de nuevo la adquisición y la comprensión de órdenes sencillas.
La finalidad del tratamiento será detener el deterioro o que su incidencia sobre el niño o niña sea el menor posible. Es importante darle herramientas para que pueda desarrollarse de la manera más autónoma posible y partiendo siempre de sus propias habilidades.