¿Por qué mi hijo no obedece?

Una de las tareas más difíciles de conseguir a la hora de educar a los hijos, es conseguir que éstos obedezcan. Para conseguirlo, es imprescindible mantener la calma, armarse de paciencia y seguir una serie de consejos:

Lo primero será establecer unos límites:

Determinar qué deben hacer y lo que no está permitido. Los límites deben ser coherentes y realistas. (La falta de coherencia es uno de los principales motivos de desobediencia).

Ojo con las normas

No imponer más normas de las necesarias ni esperar obediencia en todo, hay que tener en cuenta que son niños y no se debe anular su personalidad. Además si pones demasiadas normal es probable que crees confusión en el niño.

Porqué…

Es necesario que se le haga entender el por qué se le pide que haga o no haga una cosa. Si entiende el motivo será más fácil que no vuelva a desobedecer. No vale decir: ¡Porque lo digo yo!

Consecuencias

Dejar bien claro cuáles son las consecuencias de su no obediencia. Si es consciente de cuáles son las consecuencias le preocupará más no obedecer. Porque existe algo “real” con lo que relacionar el mal comportamiento.

Castigos

En caso de tener que castigarles, se deberá buscar un castigo lógico y proporcional a la edad y al hecho ocurrido. Es importante mantener el castigo y no acabar siempre “perdonándoselo”, pues perderá toda su eficacia.

Reflexión

A partir de los 4 años, es eficaz el recurso de “el rincón de pensar”, es decir, un lugar de la casa donde enviar al niño/a solo, durante un determinado tiempo, para que piense en lo ocurrido. Después habrá que sentarse con él para hablas de las conclusiones a las que ha llegado.

Aparte de todos los consejos mencionados anteriormente para resolver el problema de porque mi hijo no obedece es muy importante que ambos progenitores ejerzan la autoridad y que determinados actos tengan siempre las mismas consecuencias.

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