Duelo
“Hay ocasiones en las que es necesaria la presencia de un psicólogo que ayude a superar una pérdida”
¿Qué es?
El duelo es un proceso que se lleva a cabo después de una pérdida, ya sea de una persona querida, de un empleo, de una relación, de un objeto etc. El duelo afecta psicológicamente, aunque también afecta al comportamiento y al físico de la persona que lo sufre. Es un proceso necesario, universal y doloroso.
Lo importante es integrarlo en la vida y restablecer una relación con él.

La pérdida de un ser querido genera dolor a cualquier edad, también para los niños.
La mayoría de los adultos desconocen qué hacer para ayudar a sus hijos y en ocasiones tienden a no hablar sobre la situación ni mostrar sus sentimientos.
El duelo dependiendo de la edad:
En torno a los dos años el niño percibe la pérdida y sufre y pone los sentimientos en la separación, pero no puede comprender el significado de la muerte. No existe un concepto de la muerte, ésta equivale a la separación, bajo la percepción de que falta algo o alguien.
Entre los cuatro y los seis años, tienen una comprensión limitada de la muerte. Los pequeños, gracias a su pensamiento mágico, creen que quien muere, puede después volver a la vida. Un niño puede aceptar la noticia de la muerte con realidad y hablar de ella, aunque con la limitación en la expresión de sentimientos derivados de su corta edad.
Entre los seis y los nueve años, los niños necesitan conceptualizar el hecho de la muerte; ya distinguen la fantasía de la realidad y pueden comprender la muerte y sus consecuencias. No obstante, amanece también el sentimiento de culpa, que puede aparecer viéndose el pequeño como responsable de alguna causa del fallecimiento.
Reacciones emocionales y físicas:
- Retraimiento.
- Rechazo.
- Tristeza.
- Ansiedad.
- Culpa.
- Ira o Rabia.
- Desorden del comportamiento o conducta.
- Inestabilidad emocional.
- Falta de atención y concentración.
- Apatía.
- Depresión.
- Aceptación.
Consecuencias:
Los niños pueden sufrir un retroceso de conductas que previamente dominaban, como el control de esfínteres o el miedo a la separación.
Aunque cognitivamente parece que puedan estar preparados, la muerte de un ser querido puede generar un trauma que ponga en prueba su capacidad para afrontarla.
Tratamiento del duelo:
El duelo es un proceso difícil pero resoluble en el cual es muy necesario el apoyo de los demás para lograr superarlo. En muchas ocasiones, es necesaria la presencia de un psicólogo que nos ayude a sobrellevarlo, siendo de gran ayuda el servicio que éste nos puede ofrecer.
- Que los niños entiendan que el fallecido no va a volver y que no está presente.
- Que rebajen los pensamientos y la sensación de culpa que hayan podido surgir por los buenos momentos perdidos, las situaciones desaprovechadas, posibles problemas en la relación con la persona fallecida, etc.
- Que puedan valorar los aspectos positivos de la persona fallecida y, a la vez, ser objetivos con los negativos.
- Posibilitar un espacio para hablar del fallecido.
- Trabajar con las emociones que han rodeado la muerte.
- Crear un recuerdo saludable y adecuado de la persona fallecida al que el niño pueda hacer remitirse.
- Capacitar al menor para participar en homenajes y ritos relacionados con la muerte