Autoestima
“Cuando un niño se siente capaz podrá satisfacer sus necesidades y alcanzar sus aspiraciones.”
¿Qué es?

La autoestima es la conciencia de las personas de su propio valor. Es el punto máximo de la sensación gratificante de quererse y aceptarse por lo que son.
También se le conoce como autoevaluación, porque es un juicio personal sobre el propio valor que se tiene de sí mismo. Se trata de una pieza fundamental en la construcción de pilares de la infancia y adolescencia.
La autoestima es necesaria para que las personas tengamos una buena relación con nuestro entorno y con nosotros mismos. Una buena autoestima se empieza a forjar desde que los niños llegan al mundo y es necesario que los padres formen parte para poder construirla y que los niños se sientan seguros, amados y respetados desde siempre con una crianza positiva.
Pero desgraciadamente, en muchas ocasiones los niños tienen baja autoestima, una baja autoestima que no se hereda, se construye.
Siempre hay causas externas que provocan la baja autoestima en niños y que, si se detecta, deberán ser rectificadas para mejorar la autoestima.
Baja autoestima:
- Si las experiencias de un niño han sido negativas y las creencias que tiene de sí mismo también son negativas, es probable que se tenga una personalidad frágil y baja autoestima.
- Las experiencias son cruciales ya que ayudan a que los niños se formen sus creencias sobre sí mismos, normalmente estas creencias se forman en los primeros años de vida. Lo que un niño ve, oye y vive en su infancia, en el seno de la familia, en la escuela y en su comunidad… influirá notablemente en la percepción que tiene de sí mismo.
Pensamientos y verbalizaciones típicas:
- No soy capaz.
- Soy un tonto.
- Todo me sale mal.
- Nunca aprenderé.
- Él/ella es mejor que yo.
- No merece la pena que lo intente.
- Para qué lo voy a intentar si no me va a salir bien.
- No valgo para nada.
- Nadie me quiere.
- Soy feo/gordo/tonto…
Trabajo con la autoestima:
Es necesario establecer límites a través de la empatía y el asertividad, ayudar a los niños a aprender a manejar las emociones y, por lo tanto, a manejar su comportamiento. Así los niños podrán verse a sí mismos como buenos y como capaces de conseguir las cosas, algo que, sin duda, les ayudará a aumentar su autoestima.
Trabajo con los padres. Los padres que muestran sentimientos positivos, apoyo emocional entre otras cosas, tienden a formar hijos con una autoestima elevada.
El castigo no ayuda a los niños a aprender a manejar sus emociones, les empeora y sólo empezarán a sentir emociones negativas como la ira, puesto que no pueden controlarlo y creerán que son malas personas que no son capaces de controlarse.
Un autoconocimiento adecuado en los niños, los preparará para el futuro. Tener una vida adulta más saludable y muy productiva depende del desarrollo de su autoestima desde la infancia.